Laura Martel, timplista, compositora y docente.
Redactado por @loretosocorro
En Valsequillo de Gran Canaria es donde Laura Martel y la Música se acarician. Es donde ella se inició entre las cuerdas de un timple. Hoy en día ya ha editado dos trabajos y sigue regalándonos su creatividad. Laura, ¿cómo fue el salto de tocar a componer?
Empecé durante el parón de la pandemia. Era una asignatura pendiente conmigo misma. No me atrevía a dar el paso por ver un talento enorme alrededor: grandes compositores y grandes músicos. Me daba como ese respeto.
Pero un día te atreviste…
Se dieron varias circunstancias como no estar haciendo nada, mi estado emocional, porque pasé un momento personal delicado, donde mi abuela, que era la persona con la que yo estaba viviendo, pillara el covid y, bueno, esa fue mi manera de refugiarme y también de desahogarme con todo lo que estaba pasando, con el timple. Así surgieron esos seis temas que conforman mi trabajo discográfico.
¿Y sigues componiendo desde entonces?
Ahora mismo sigo trabajando mis ideas. Van surgiendo cosillas, les voy dando forma y cuando las tengo las voy cambiando y, al final, de lo que era en origen queda muy poco en el tema. Así voy creando.
Además de artista eres docente…
Tengo la suerte y el privilegio de dedicarme a otra de las cosas que más me gusta y que es enseñar a los más pequeños. Soy docente de primaria. Es súper gratificante, trasladarles a ellos mi pasión por la música y que ellos vayan cogiéndole cariño, tanto a lo que es la música tradicional, de raíz, como a otras tantas músicas que conforman lo que es el género.
A Laura se la nota muy feliz cuando habla de los escolares y del centro donde imparte clases, que es precisamente el colegio donde ella estudió de niña, el CEIP Elvira Vaquero.
Doy música desde primero hasta sexto de primaria, trabajo con todos los niños del centro excepto infantil.
Nos habla de un proyecto que lleva realizándose allí unos diez años y que se llama Schoolvision.
La verdad es que estoy súper contenta. Son dos años los que llevo yo coordinando el Schoolvision, que es un proyecto muy similar al programa de Eurovision, pero para los colegios de toda Europa. Es algo muy enriquecedor.
Explícanos en qué consiste, Laura.
Lo que se intenta es que los niños queden inmersos en todo el proceso de grabar una canción para representar a España y que trabajen en todo el desarrollo de la realización de un video, además de participar de la democracia de votar a un país u otro, en función de sus gustos. Esos son los objetivos.
¿Cómo lo haces?
A los escolares les traslado lo que es el proceso de grabación, arreglar una canción, montar un coro. Además de hacer la parte del videoclip.
¿Cuál es el procedimiento, paso a paso?
Consultamos las preferencias de los niños y niñas en cuanto a la canción a usar, para representar a España. Se elige por votación y luego yo la adapto o la arreglo y empezamos los ensayos. Hay una compañera que lleva la coreografía y una vez tenemos ensamblado todo esto, se graba el audio como en un estudio real, se edita para tener una pequeña mezcla, y luego elegimos diferentes localizaciones y acciones para realizar en el video y grabamos. Lo subimos al blog correspondiente de la competición, para que todos los países puedan verlo y luego, en la segunda semana de mayo, hay una votación y una video conferencia para ver los resultados.
Puede que surgan vocaciones ahí…
A ver, si les pica el gusanillo y tanto en la realización, producción o cualquier otra cosa que les pueda motivar.
¿Qué efecto tiene en las niñas y niños?
Participan muy a gusto, se los ve a ellos entusiasmados y les da la oportunidad de conocer otro sector, que no es lo que ellos se mueven habitualmente en la clase de música. Verse inmersos en ese proceso es algo super bueno a estas edades.
¿Cómo es para los niños el tener una profe que es una “celebrity”?
Lo llevo con normalidad -Laura ríe y le quita importancia con naturalidad- porque soy pudorosa y súper tímida. No me gusta alardear y la verdad que a ellos les encanta cada vez que me ven en la tele. Para ellos es algo que les llena de orgullo, también.
Tener referentes como tu, una mujer timplista y compositora puede ser una semilla para futuras generaciones de artistas. Quizás ya hay semillitas entre los alumnos que quieran abrazar el timple como solistas.
Hay niños y niñas que apuntan maneras, a la hora de ejecutar un instrumento, pero también a la hora de cantar, bailar o de interpretar algo; en todo lo que tiene que ver con el mundo del arte . Hay niños con muchísimo talento y luego, si tienen la suerte y las ganas de potenciar esa virtud, pueden llegar donde quieran ellos.
¿cualquier edad es buena para empezar?
No sabría contestarte, con certeza. Creo que el mejor momento es cuando al niño o a la niña le nazca, le llame la atención. Porque, te hablo en particular por mi caso: yo aprendí el timple obligada. A mi no me gustaba, pero a los seis años mi tío me dijo, “venga el instrumento este que es pequeño” … y yo iba a trancas y barrancas. Luego tuve la referencia de grandes timplistas, me llamaba la atención, me gustaba como sonaban y desde ahí hasta el día de hoy.
Considero que si obligamos al niño a hacer algo que no quiere, lo que estamos consiguiendo es el efecto contrario.
¿En que momento empezó a gustarte el tocar el timple?
Pues, no se si son casualidades de la vida, pero me tocó una profesora que era tocadora de timple y no se si fue porque era una mujer que tocaba el timple, que me sentí identificada. Ella me enseñó que el timple no es solo para acompañar, sino que también puede ser protagonista en determinadas canciones y fue lo que a mi me despertó esta cosa.
Las mujeres van ocupando más sitios pero aún no se ven muchas como artistas que brillen en éste instrumento…
Creo que la música y las cosas, en general, no entienden de géneros, va en la persona. Si la persona lo hace, tiene la capacidad o desarrolla esa destreza o talento ya sea un hombre o una mujer, saldrá adelante. Desde el mundo del timple también, no es cuestión de genero, sino de oportunidades.
Laura, cuando compones y cuando interpretas se ve que la emoción que le metes la transmites a quienes te escuchan…
Lo que intento reflejar es lo que a mi me nace o fluye. Cada persona bebe de muchas fuentes musicales y las mías se mezclan con lo que yo soy y eso es lo que sale.
Aparte de timple, ¿qué escuchas?
Escucho de todo. Aprendí una lección: cuando era más pequeña, yo decía a mi me gusta esto, esto y esto. Una vez mi madre fue a un concierto de Mercedes Sosa y me invitó. En ese momento yo no quise ir y con el paso del tiempo escuché más su música y, entonces, empecé a pensar nunca mas volvería a decir “no” a un concierto, o no a escuchar algo porque considero que de todo me puedo enriquecer. Siempre hay algo que me puede llamar la atención, algo que yo podré trasladar a mi música.
Aunque, sí es verdad que me tira más la música latina, la sudamericana, pero ya te digo que suelo escuchar de todo porque, hasta incluso, en lo que no gusta encuentro algo que me pueda enriquecer.
De momento Laura y su riqueza como persona y como solista-compositora ha paseado al timple canario por los paisajes de Galicia, Santander , Polonia, Agadir en Marruecos, Senegal. ¿Cómo ha sido recibido nuestro instrumento en esos lugares?
Suele llamar la atención. Es emocionante y más cuando comprueban que el timple se desenvuelve en distintos estilos musicales y que tanto puede tocar una música de raíz canaria, como fusionarme con alguno de esos lugares.
¿Hay algo que no se pueda tocar con el timple?
No. Es un instrumento que, gracias a los maestros como Jose Antonio Ramos, Benito Cabrera, Domingo Rodríguez “El Colorao”, que han abierto ya ese camino, el timple se puede llevar a donde nosotros queramos, respetando la particularidad y siendo consciente del registro del instrumento, pero que no tiene límites.
¿Aún hay quien lo confunde con el ukelele?
Desgraciadamente si. Puedo entender que en otro sitio, fuera de las islas, no sepan si es una guitarra pequeña, un ukelele… porque al fin y al cabo no es algo de ellos, con lo que viven dentro de su identidad, pero aquí, eso me choca. Algo estamos haciendo mal y lo digo, también, por la parte que me toca como docente. Tenemos que hacer una gran labor para conservar lo nuestro, porque si los niños y niñas no aman, conocen y defiendan lo que es nuestro…
En las escuelas canarias hay programas específicos, ¿verdad?
Sí, la red de enseñanzas de las escuelas del timple, aunque depende del centro. Si el centro no tiene posibilidad o recursos para llevarlo en su totalidad, pues no lo lleva. Poco a poco van saliendo asociaciones y la Federación de Folclore esta haciendo un trabajo enorme rescatando folclore, haciendo cursitos, para que todos podamos participar. También el Instituto Canario de las Tradiciones, pero desde la comunidad educativa sí que echo en falta darle el lugar que corresponde, no solo al timple, sino a lo que son las costumbres y tradiciones canarias, que es lo que nos da la identidad.
¿Cuáles son tus proyectos de futuro, Laura?
Ahora mismo estoy inmersa en sacar algunos videos con cantantes de aquí, con canciones que me apetecen hacer.
A principios de año fue “Plan de vida”, con Andrea Rodríguez, que es palmera y la canción era de una cantautora que me gusta mucho. Versionamos, a Kari García y, ahora, para estos días hay una pequeña sorpresita, para el día de Canarias:, he contado con la voz de Beatriz Pérez la cantante y vocalista de “Ultima Llave”.
Laura, trabajadora incansable, amante de la música y mujer que pone el corazón en todo lo que hace nos confiesa que está muy ilusionada con algunos proyectos musicales.
Voy trabajando cositas que tengo en mi cabeza, intentando que se vean frutos, trabajando y rodeada de buena gente de la que aprendo día a día y a los que les debo un montón de lo que es mi formación hoy en día.
Gota a gota, como las aguas de esta marea que es Sal del Atlántico, es como saboreamos la música que Laura Martel nos regala cuando compone y cuando interpreta, para llenarnos el alma de esa emoción con la que ella toca el timple. Esperamos poder escuchar pronto más y más de tus regalos sonoros.
