XI Festival del Manga de Las Palmas & Cómic Can Gran Canaria, redactado por @loretosocorro
11 (once) es un número que remueve e inspira, que arrebata y engendra creatividad colectiva, que conecta con la oscuridad y con la luz.
Y 11 (once) son las ediciones que el Festival de Manga de Las Palmas ha regalado a personas valientes, alegres y libres que visitan en estos días el recinto ferial de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria (del 09 al 11 de diciembre de 2022).
Tras las puertas líquidas del recinto se escuchan y se ven aplausos, selfies, gestos de admiración y muchos comentarios del tipo: ¡Brutal el disfraz! ¡Qué guapo! ¡Muy currado!
El cartel anunciador nos remite a las ilustraciones de El Señor de los Anillos y de Indiana Jones aunque los personajes con los que nos topamos tienen más caras que mil espejos reflejados en otros mil.
Entre Ingrid, que es personal trainer y su hija han resucitado a uno de los “Freddy” de five night at Freddys. La joven de solo quince años diseña y elabora los cosplays de ambas. Cuentan que nada más entrar ya posaron para más de cien fotos de admiradores y, mientras hablamos con ellas, les piden más y más fotos. Tienen previsto estrenar otros cosplays del mismo personaje durante los tres días del evento.
El ambiente es distendido y cada vez que preguntamos la respuesta es la misma: dos años sin festival ha servido para coger fuerza y disfrutar de todo lo que tienen que aportar tanto las personas que se visten con sus propias creaciones y disfrutan, como de las que son celebridades invitadas. También incluimos a la gente que “no se viste” pero que nos confiesan que lo disfrutan muchísimo, paseando por todo el recinto.
Todos son protagonistas: las personas que quieren ver de cerca a quienes admiran o simplemente valorar el trabajo de otras anónimas y quienes son profesionales del cómic, manga, ilustración por compartir su quehacer y su saber, tanto sobre el escenario como a pie de mesa.
El festival acerca al público y a las celebridades. Oímos a un grupo que comentan los horarios para organizarse y no perder la firma que tanto desean.
Se escuchan por los pasillos los nombres de los ilustradores locales y de otros venidos de lejos que están ubicados en una de las carpas. Tienen en común que han podido mostrar su talento publicando en las mejores editoriales bien en manga o en cómics.
Recién llegados están también un trío de amigos que nos hablan con esa alegría que es contagiosa: “¡El ambiente está muy guay!, ¡teníamos muchas ganas tras dos años de parón!
Los cosplays con los que nos sorprenden están “hechos desde cero” y les llevó un mes de trabajo, según Kenny, otro de los “Final Freddy”.
“Es artesano – nos comenta Bárbara, vestida de segurita que vigila a Freddy- y está acostumbrado a trabajar con las manos, tanto el cartón como la goma eva” –
Además de sus propios cosplays, Kenny ayuda a sus amigos con los detalles, como hacerles una guitarra o lo que pidan.
De pabellón en pabellón vemos como vivir su pasión es prestarse a posar y agradecer que le pidan fotos. Nos enteramos de que hay quien trabajó ayer -festivo-, o tomó vacaciones, para poder venir hoy al festival porque saben que, además, hay muchas actividades, exposiciones temáticas, concursos, charlas, clases, tiendas con mercancía única y stands donde los artistas de la imagen y la ilustración muestran sus trabajos.
Eida y Laura, posan con sus cosplays. Eida nos habla de Inuyasha y de las animaciones chinas, poco conocidas, en anime y que llegan poco a poco. También nos despierta la curiosidad sobre el género literario de romance entre chicos y que está mal visto en China. Con tantas aportaciones vamos aprendiendo, a la vez que disfrutando.
Nos llama la atención el stand de La Escuela Japonesa porque había mucha gente alrededor haciendo cola y participando activamente. «En realidad son varios stands -nos comenta una muy amable joven- ahora mismo se están dando clases de japonés, se está enseñando a jugar al Go, que es un juego tradicional japonés, como el ajedrez y ya ves como la gente baila esta danza que no es japonesa pero está muy de moda y anima. Esta es una canción coreana.»
La música hace un guiño a tres bailarinas espontáneas dentro de la pista. Se mueven en frente de la pantalla, imitando los bailes del juego: manos arriba, abajo, doblarse, estirarse, saltar…¡pim-pam-pum! ¡qué sudores, cristiana!…y, mientras, una cola de otras muchas personas van siguiendo los movimientos y esperando su turno para moverse con gestos divertidos y música alegre, en esa esquina del pabellón, en la planta alta.
La Escuela Japonesa ha organizado también una charla de cómo vivir en Japón y tiene preparado un paisaje de ensueño para quien quiera se haga una foto con ropa del país nipón. Hay, frente a la imagen del photocall, ropa tradicional japonesa -Yukata- con la que se pueden vestir los visitantes para tomarse la fotografía. Junto a ese stand observamos una cola que va creciendo y que desemboca en un puesto de helado japonés –Kakikgori-, que es hielo con un almíbar.
Fuera, en las zonas verdes, junto a la fuente está Kira, una artista que posa de lejos y también junto a sus fans. Su pareja, que no se anima a vestirse con un cosplay, nos informa que esta vez ella no vino a concursar sino a disfrutar. Ha concursado en los festivales de Fuerteventura y de Lanzarote, ganando premios. Kira hoy va vestida de Sara, que es un personaje de Genshim. Se ha llevado premios por su trabajo y es que cose todo a mano. Trabaja aproximadamente durante cuatro meses, para cada cosplay, alternándolo con sus clases.
Aquí, en esta selva de colores, de diseños y gustos por lo “frikki” nos encontramos con Sheila y queremos destacar su cosplay: es una lobo esqueleto. El mérito de esta chica está en que no solo ha dado vida a un cosplay, el cual luce muy profesional, sino que ella solita ha inventado el personaje. Su padre la acompaña y apoya. La loba esqueleto es reciente, pero promete.
Nos vamos acercando a la salida con ganas de más y es que nos encanta la variedad y diversidad de este festival. Algunas personas se ponen un pijama de peluche o un cartel de cartón donde comunican que están en busca de su cosplay, la cosa es participar y divertirse tanto la gente que elabora cosplays artesanalmente o quien los compra ya acabados para ahorrarse dolores de cabeza. Todas tienen en común que aman el cosplay y que son, como dijimos: valientes, libres y alegres.